Encuentro
disputado en la localidad almonteña correspondiente a la fase de clasificación
(del 1º al 8º) que tuvo lugar el pasado viernes día 23 de marzo a las 20:30
horas y en el que se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la
madre del entrenador local. Vestidos de blanco y con el quinteto titular de
gala, el C.B. Ciudad de Moguer saltó a la cancha dispuesto a anotarse su
primera victoria en esta fase final del campeonato liguero provincial sénior
frente al C.P. Doñana Almonte.
Comenzaron
muy bien los nuestros, con jugadas elaboradas y buscando a Miguel Barragán en
la pintura, sabedores de la superioridad física de éste frente a los pívots
locales. Así, los primeros puntos de los visitantes fueron obra suya y los
almonteños, de verde, tuvieron que pedir tiempo muerto para intentar parar el
arreón inicial de los moguereños.
Tras ello, los anfitriones se colocaron en
zona y los blancos, incomprensiblemente, renunciaron a buscar a su capitán para
empecinarse con el tiro exterior de tres. El Ciudad de Moguer encadenaba error
tras error desde los 6’25 y este hecho lo aprovecharon los verdes para recortar
distancias. Tan nefasto fue el día desde larga distancia que los locales flotaban
las defensas incitando a los nuestros a continuar con su paupérrimo acierto.
No
obstante, este hándicap se contrarrestó con un apabullante dominio en el rebote
y una buena defensa, con muchos robos de balón protagonizados en su mayoría por
Carmelo Rivas, inusualmente gris en ataque pero brillante en defensa.
Digno de
mención fue su compromiso con el equipo, así como el de Antonio Prieto y
Rafael, pues todos ellos jugaron tocados.
El
choque se igualó por el desacierto moguereño y acabó en su primer cuarto con un
pobre 15-14.
En
los segundos diez minutos, el encuentro se encaminó por los mismos derroteros,
para desesperación de la hinchada visitante. Los verdes comandaban el partido
sin muchos alardes y con canastas inverosímiles, mientras que los blancos se
mantenían a flote gracias al partido ofensivo de Miguel, que seguía anotando
con suma facilidad en su ‘chalet adosado’ bajo tableros.
El partido parecía
ideal para él pero muchos ataques seguían muriendo desde la línea de tres sin
apenas madurar las jugadas y, lo que es peor, los tiros seguían sin entrar. A
pesar de ello, el Almonte nunca pareció poder escaparse en el electrónico,
especialmente por sus numerosas pérdidas de balón. Con todo, siguieron arriba
al descanso (30-29).
Tras
la reanudación, emergió en el bando visitante la figura de Juan Diego, con una
catarata de puntos conseguidos en su mayoría finalizando rápidos contraataques
de los moguereños. Para alegría de los de Guillermo Sierra, la racha anotadora
incontenible de Juan Diego vino acompañada de triples (¡por fin!) que llevaron
la firma de los geniales Antonio Prieto (2) y Carmelo Rivas, amén de los puntos
en la pintura de Miguel Barragán,
incontestable en los postes.
El equipo parecía haberse desperezado y lo
hacía, curiosamente, en el tercer cuarto, de ingrato recuerdo tantas veces en
el pasado. El Almonte se vio sorprendido por la avalancha ofensiva moguereña y
su defensa no pudo ni supo cómo parar la hemorragia de un parcial que acabó
10-32 a favor de los de Moguer (40-61).
De este modo, los almonteños, con menos talento pero con pundonor, maquillaron el marcador a base de empuje frente a los blancos, que aprovecharon para dar minutos a los menos habituales y se limitaron a labores de contención para mantener ventajas fuera de riesgo y sumar su primera victoria en esta fase (58-69).
Por José Antonio Romero Martín
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