Encuentro
de visitante del C.B. Ciudad de Moguer en cancha del C.B. Bonares, ejemplo de
equipo aguerrido y bregador al límite, en el que se presentaba con diez
efectivos (el quinteto inicial : Miguel, Rafael, Carmelo, Juan Diego y Antonio,
amén de Eduardo, Juan Manuel, David, Joaquín y Nicolás) y dos bajas, las de los
palermos Lolo y Josema.
Los
comienzos de partido de los moguereños suelen ser buenos y el de éste no fue
una excepción. Gran juego de equipo y, sobre todo, mucha bola interior para
Miguel y Rafael. Así pues, la estrategia estaba bien clara con los pívots
entendiéndose muy bien en la pintura y con Carmelo, Juan Diego y Antonio
esperando su momento con el tiro exterior. Casi al final del cuarto, no obstante,
los bonariegos se colocaron por primera vez por delante (17-15).
En el
segundo cuarto, el encuentro continuó por los mismos derroteros, con los
nuestros buscando más a los jugadores altos - sabedores de nuestra superioridad
física en los postes - y encontrándolos: bonita suspensión de Eduardo y nuevas
asociaciones de Rafael y Miguel traducidas en puntos. En estas circunstancias
saltó Juan Manuel a la cancha y cuajó grandes minutos con cuatro puntos
seguidos, dándole el liderazgo del partido al Ciudad de Moguer. Los visitantes,
además, se fueron al descanso con un triple de Carmelo Rivas tras mover muy
bien la bola y seleccionar el mejor tiro. En resumen, muy buena primera parte
moguereña (23-28).
Es de sobra
conocido que el tercer cuarto se le atraganta al Ciudad de Moguer. A pesar de
ello, nada más reanudarse el partido, Joaquín metió un triple, Carmelo anotaba
de dos y por momentos pareció que los moguereños hacían desaparecer los
fantasmas del pasado. Desafortunadamente, fue un espejismo y los nuestros se
vinieron abajo después de mostrarse más espesos en ataque que en la primera
mitad. El atasco no dudó en aprovecharlo el C.B. Bonares para ponerse por
delante de nuevo en el electrónico. La buena noticia para los visitantes, sin
embargo, fue que los bonariegos no hicieron demasiada sangre de la pájara de
los azulones - hoy blancos - (39-36).
En el
último cuarto, el Ciudad de Moguer tiró de casta y orgullo para volver a
discutirle el liderazgo del partido a los anfitriones con grandes minutos de
calidad de Juan Diego, con cinco puntos casi consecutivos, y de un siempre
luchador Rafael, que con un tiro libre ponía a los nuestros con ventaja de +1
(43-44).
Pero había que seguir percutiendo y el equipo era consciente de que el
partido continuaría reñido hasta el pitido final, como de costumbre cuando se
tiene enfrente al C.B. Bonares. Era un choque de ida y vuelta, de poder a
poder, a pesar de que el arbitraje - casero- se hizo más perceptible en estos
últimos minutos decisivos; a pesar de que el día desde la línea de personal no
fue el más inspirado.
Era, en definitiva, el combate de dos púgiles que saben
encajar: uno, el bonariego, feliz de haber llevado el partido a su terreno y el
otro, el moguereño - harto más talentoso - aceptando el envite en uno de sus
días menos brillantes debido a su irregularidad.
Infelizmente para nuestros
intereses y siguiendo el símil boxístico, la vieja guardia del C.B. Bonares,
'perros viejos' curtidos en innumerables batallas, mandó besar la lona a los
moguereños con un parcial de 10-0 que olía a sentencia.
Digno de elogio fue el
arreón final del Ciudad de Moguer, que no bajó en ningún momento los brazos y
siguió creyendo hasta el final con Antonio Prieto como adalid. Suyo fue un
espectacular triple en suspensión que dejaba el marcador en un insuficiente
63-60.
Por José Antonio Romero Martín
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